Archivo. Lugar de lo hermenéutico. Espacio de categorias, de análisis y de metáforas de cercanía

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Para Diego Aguilar un holograma contiene en su interior un “[...] objeto que “vive” en estadios reales, virtuales y mentales. Es un ente único que tiene una característica adicional que se sale del sentido común, paradójica y emocionante […]”; su trabajo en el laboratorio sucio, como él lo denomina, le permite crear umbrales a los que la exposición nos da acceso.
En un proceso de experimentación y colaboración, en el campo de la holografía, con científicos de la Universidad Nacional de Colombia, han logrado exportar tecnología nacida en el sur.

Esta curaduría es una invitación a conocer el trabajo del artista en una retrospectiva que se despliega en tres espacios que son núcleos temáticos. El primero es el laboratorio, aprender haciendo, experimentar en un laboratorio sucio para desarrollar nuevos lenguajes. El segundo, el archivo, está caracterizado por la construcción de umbrales que nos dan la oportunidad de acceder a mundos habitados por figuras monstruosas, universos producto de la indagación por los lenguajes propios y que construyen narrativas que nacen del conocimiento de las tecnologías del sur. El tercer espacio, la memoria, implica la creación de escenarios que rememoran, imágenes que aparecen ante los ojos, indescifrables, misteriosas, espirituales y que nos hablan de lo que somos y hemos hecho.
(L.L.)